dos.mil.diecinueve
Al tercer año de la migración lo llamaremos “el año de los nombres propios”. Decir el nombre de uno para escucharlo de vuelta en la voz de otro, es un mecanismo delicado pero potente de autopreservación: asegura que la propia presencia no es un producto de la imaginación o no es uno un aparecido. Sé […]