“El Coyote ordenó la limpieza de todos los cargos que valían la pena del sector público para colocar a los militantes del MNR y de la coalición oficialista. La tensión que vivían los empleados públicos hizo que algunos delataran a sus compañeros que hablaban mal del Coyote para proteger sus puestos. En un ministerio, hubo rumores de que el jefe de personal obligó a una secretaria a que se acostara con él bajo la amenaza de que la iba a echar.
Lucas también se aprovechaba de la coyuntura. “El poder me ha hecho bonito”, me dijo. Un círculo de mujeres merodeaba en torno a él, dispuestas a cualquier cosa con tal de conseguir trabajo. Un par de veces a la semana se perdía con Ada en el baño de mujeres.
A veces contrataban a las amantes y familiares de dirigentes de peso en puestos importantes. Una hermana del Coyote tenía un cargo semiejecutivo en YPFB. Era conocida por su ineficiencia, pero no se le podía despedir”.
Palacio Quemado (2006) de Edmundo Paz Soldan. p. 65
Nota:
Literatura y política.No hay dilema.
Primera vez por acá, llego desde el blog de La Perfecta.
Me quedaté un rato a curiosear.
La vida y sus tretas…
Mariale: Bienvenida, siga divagando.
Dinobat: Creí haber leído mal, pero ya leí bien y ahora esta respuesta no tiene sentido 🙂